viernes, 23 de abril de 2010

Y llegué, y llegó


Y llegué, y llegó

Y llegué sin saber que esperar
y estabas allí.
Igual
Sin saber que llegaría.

Y te seguí
y me seguiste.
Luz, color, emoción...
Sentimientos, esperanza...

Y espero verte,
y anhelo tenerte.
Ya no te dejaré ir,
no me dejes ir


No está muy bueno, ni tan pulido como los anteriores... pero me nació escribirlo... Tal vez luego lo mejore

Saludos, espero comentarios

jueves, 8 de abril de 2010

Voy cambiando... todo va cambiando


Estos últimos días han sido extraños. La Semana Santa estuvo llena de sentimiento encontrados: representar al discípulo amado fue de lo más hermoso que he podido hacer, la alegría de ver a las chicas y chicos de PJ participando activamente en las celebraciones... alegría y orgullo.

Pero también me sentí muy afectado emocionalmente, en especial después de la muerte de Normita. Si bien sabíamos que estaba enferma, sigue doliendo el saber que el alma de las fiestas en la Parroquia ya no está físicamente a nuestro lado.

También me ha dado por pensar en lo que hecho en mi vida. Los "amigos" del tiempo de colegio ya no están... la amistad ha cambiado.

Ver parejas de amigos terminar... impacta. Es extraño acostumbrarse al hecho de que ya no son pareja.

Pensar que después de cuatro años de haber salido del Seminario mi vida ha cambiado tanto, si aún estuviera allí este sábado 10 de abril hubiera recibido el ministerio del Lectorado, pero no estoy y no sé que siento al respecto. Lo que si sé es que me siento feliz de que haya sucedido mi salida.

Ya no soy el mismo niño de antes. Ya no soy un adolescente soñador e iluso. Soy un hombre más centrado (no mucho =D) con sueños más estructurados. Con ilusiones... si.

A tres días de cumplir 24 años...

Siempre busco el lado bueno de las cosas. Y siempre que me siento confundido o extraño me suelo llenar de muchas ideas. Me arrebata la musa inspiradora... y escribo.

Aquí va un poco de lo que siente mi corazón... espero comentarios.



Que voy cambiando, que todo cambia a mí alrededor...

Que ya queda muy poco de lo que fui antes, que la vida da vueltas pero sin regresar al mismo punto.

Que el viaje sigue, que el tren no se detiene. Si me quedo en una estación no podré seguir, porque no sé cuando pasa el próximo tren.

Que nada es para siempre. Los amigos pasan, algunos se quedan. Otros cambian y no vuelven a ser iguales.

Y la vida sigue, girando, rodando, tropezando, andando, martillando o ilustrando.

¿Ilustrando?

Y el pincel se desliza, suave, ínfimo, fuerte y potente a la vez. Traza, describe, delinea… define. Y el pincel lo llevo YO.

Y lo que se fue no volverá, pero vivo con la esperanza de lo nuevo que vendrá.

La vida cambia, en ocasiones demasiado rápido. Las personas mueren, nos dejan físicamente. Las parejas terminan, pero continúan los mismos amigos (separados, pero amigos igual). El tiempo pasa y te das cuenta de que aquellos que fueron tan importantes en algún momento de tu vida ya no están tan cerca. Que el tiempo cura toda herida, aunque aún se ignore porqué sucedió algo.

Estoy aquí. Triste y alegre a la vez, con la mirada llena de lágrimas. El rostro nublado, oculto tras un halo de desconcierto.

Pero siempre… siempre… el corazón alerta, feliz, contento… siempre hay una luz (pequeña o grande) que me ilumina la vida.